jueves, 31 de marzo de 2011

DESMITOLOGIZACIÓN DE LA CULTURA ESCRITA. Por: David Olson.

Entrada bibliográfica: Olson. D. (1998). Desmitologización de la cultura escrita. En El mundo sobre el papel (pp. 21-39). Barcelona: Gedisa.

Foco de lectura: ¿Qué es la escritura? No más que una herramienta, un medio, postula Olson. Esta no contiene por sí misma conocimiento, pero ofrece una forma de organizarlo. Cometer el error de confundir el medio con el contenido es pecar de inocencia, pecar, precisamente, porque valida ciertos discursos que pretenden hacer de la escritura el signo de cultura por excelencia, subestimando las expresiones lingüísticas no-escritas. La idea de que la escritura y la lectura alfabéticas son las formas de cultura lingüística más elevada es, cada vez más claramente, tendenciosa mas, ciertamente conveniente al predominio de todo modelo occidental.

El texto “Desmitologización de la cultura escrita” de David Olson, presenta un momento en que muchas de las creencias arraigadas en torno a lo escrito comienzan a ser problematizadas y a disolverse a la luz de nuevas teorías. “Por cierto, han comenzado a acumularse pruebas que indican que nuestras creencias sobre la cultura escrita son una mezcla de hechos y suposiciones, en otras palabras, una mitología…” (p.22). Olson describe seis creencias o mitos que rodean el fenómeno de la cultura escrita. Aquí se enumeran esas seis creencias y las seis objeciones (O.) que Olson opone a ellas.

1à La escritura es una transcripción del habla.

2à La escritura es superior al habla. “Se aprende a escribir con el fin de expresarse correctamente y con precisión en las exposiciones orales” (p.24).

3à La escritura alfabética es la más perfecta de todas, es la tecnología de escritura más evolucionada, de acuerdo esto. Las escrituras no-alfabéticas (entiéndase, silábica, ideográfica, logográfica) representan de manera menos precisa los sonidos de la lengua.

4à La escritura promueve el progreso social. “Suele afirmarse que el auge de la alfabetización popular dio como resultado instituciones sociales racionales y democráticas, desarrollo industrial y crecimiento económico” (p. 24).

5à La escritura permite el desarrollo cultural. Parafraseando a Olson, esta creencia supone que los modos de pensamiento modernos (tales como la filosofía, las ciencias, la medicina, el derecho) debieron su origen a la cultura escrita.

6à La cultura escrita es un instrumento de desarrollo cognitivo,

“las habilidades humanas importantes pueden pensarse como ‘letradas’, y el desarrollo personal y social pueden representarse razonablemente mediante los niveles de alfabetización: básico, funcional y avanzado” (p.27).

O.1à La representación escrita de la lengua hablada expresa de manera insuficiente cuestiones importantes para la comunicación oral, tales como la entonación, las pausas (que no se corresponden necesariamente con las comas o puntos de la escritura), las expresiones para-verbales.

O.2à Toda legua, escrita u oral, tiene una compleja estructura léxica y gramatical; no hay tal cosa, como una mayor imprecisión en la gramática oral que en la escrita. Por otra parte, toda producción escrita está rodeada de oralidad (p.28). La lengua oral es, por demás siempre anterior a la escrita, la escritura es una herramienta posterior y secundaria; “la lengua oral es la posesión y herramienta fundamental del intelecto” (p. 28-29).

O.3à No todas las lenguas pueden ser representadas fielmente por medio de un sistema alfabético. Las lenguas monosilábicas encuentran pocas ventajas en una representación alfabética. Por otra parte, el reconocimiento de culturas desarrolladas y sofisticadas como la japonesa, cuyo sistema no es alfabético, ponen en cuestión esta supuesta barbarie de cualquier sistema de escritura no-alfabético.

O.4à ¿A quién sirve la lectura y la escritura? Olson cita a Levi-Strauss para llamar la atención sobre este punto; cuando grandes grupos de poder promueven de manera tan enérgica una tecnología –como la lectura y la escritura— no lo hacen de manera desinteresada.

O.5à La Grecia clásica era una cultura eminentemente oral. Filósofos como Platón no tenían en alta estima la escritura de los discursos, y enaltecían, en cambio, las formas orales como la dialéctica.

O.6à “Es simplemente un error (…) identificar los medios de comunicación con el conocimiento que se comunica” (p. 32). No hay tal cosa como una habilidad básica, la utilidad de una determinada herramienta depende sólo del uso práctico que se tenga para ella.


Valoración:
Es preciso derribar los mitos que existen en torno a la valoración de nuestra propia cultura escrita, para comprender, efectivamente, qué relaciones existen entre las potencialidades de una herramienta como la escritura y la cognición. Librarse de los mitos que se generan en torno a la cultura escrita implica también estudiar los distintos sistemas de escritura, sin anteponerles juicios de valor. Comprender las diferencias entre los distintos modelos representacionales que existen para distintas lenguas, puede ser de gran utilidad para comprender las diferencias entre modelos representacionales de una misma lengua (ej: el lenguaje de señas, el braille). Esto último es fundamental si se pretende disipar los prejuicios y creencias que aíslan a ciertos grupos de la sociedad. Usualmente las dificultades que encuentras algunos grupos para integrarse a la vida social, tiene que ver con la incapacidad de esta para superar sus pretensiones de superioridad.

miércoles, 30 de marzo de 2011

THE NEW LITERACY STUDIES. From "socialy situated" to the work of the social. Por: James Paul Gee

Entrada bibliográfica: Gee, J. P. (2000). The new literacy studies. From ‘socially situated’ to the work of the social. En Barton, D., Hamilton, M. & Ivanic, R. (Eds.) , Situated literacies. Reading and writing in context (pp. 180-194). Londres: Routledge.

Foco de lectura: ¿En qué contexto está situado el uso contemporáneo de lectura y escritura, esto es, qué tipo de literacy es la que requiere un individuo para desenvolverse de manera exitosa en el mundo contemporáneo?

“Over the last several decades, in across a wide variety of disciplines, there has been a massive ‘social turn’ away from a focus on individual behavior (e.g. the behaviouism of the first half of the twentieth century) and individual minds (e.g. cognitivism of the middle part of the century) toward a focus on social and cultural interaction.” (p. 180)

¿Qué significa el social turn o giro social, entendido desde el ámbito teórico de la lingüística?

James Paul Gee, introduce su texto, enumerando catorce escuelas que abordan el estudio de los asuntos humanos desde la nueva perspectiva del giro social. Entre ellas, se encuentra la escuela de la Sicología socio-histórica, que sigue el pensamiento de personajes como Bakhtín y Vygotsky. De esta última, resulta interesante para la propuesta de análisis de Gee, la idea de que el pensamiento no es una cuestión privada, sino que depende de unas herramientas culturales (cultural tools). Así, las herramientas o instrumentos que se utilizan para pensar, están dados culturalmente, y puesto que sólo podemos pensar a través de ellos, nuestro pensamiento es moldeado a través de estas social tools.

Relacionado con esto, está lo que propone la escuela de la Lingüística cognitiva (Lakoff y Johnson, Ungerer y Schmid). Esta menciona que los lenguajes humanos son complejos sistemas de metáforas con relaciones complejas entre sí. Estas metáforas dan forma a las distintas expresiones y representaciones que los sujetos tienen y crean, acerca de su propio mundo.

Por último, vale la pena mencionar a la escuela de los “postmodernos” y “post-estructuralistas” (Bakhtín, Bourdieu, Fairclough, Faucault) puesto que discuten como central la noción de ‘discurso’. Esta permite describir un modo organizado en que ciertas ideas se instalan como modelos de interpretación dentro de una sociedad, a través de todo tipo de enunciados, imágenes, y prácticas sociales.

La escuela de los New Literacy Studies es uno de los movimientos que se suma, desde la lingüística, a este giro social de los estudios teóricos. El enfoque de la NLS (o NEL nuevos estudios sobre literacy) propone que la práctica de una literacy sólo tiene sentido si ella está situada en un contexto más amplio de prácticas sociales. Esto quiere decir, que el aprendizaje de la lectura y la escritura no tienen un valor en sí, por una parte, y por otra, que existe en realidad, más de un tipo de literacy. Esta última conclusión puede parecer menos evidente, sin embargo, si se comprende que hay más de un posible contexto en que un uso de lectura y escritura pueden hallarse situadas, se entiende que no puede haber solamente una forma de practicar lectura y escritura.

Bajo esta perspectiva cabe preguntarse, ¿en qué contexto está situado el uso contemporáneo de lectura y escritura, esto es, qué tipo de literacy es la que requiere un individuo para desenvolverse de manera exitosa en el mundo contemporáneo?

James Paul Gee desarrolla una distinción que cobra relevancia en la respuesta de esta pregunta. Debemos separar un antiguo capitalismo de un nuevo capitalismo. En el antiguo capitalismo, la competencia (en sentido de lucha) individual pretendía lograr de cada individuo, la superación y optimización de la productividad de cada uno. El enfoque apuntaba a que cada individuo detentara una herramienta específica que dominara de manera óptima, optimizando el rendimiento de ese conocimiento individual y específico, operando como un engranaje perfecto de la máquina productiva.

El nuevo capitalismo, a diferencia del viejo, funciona no bajo la lógica del conocimiento individual, sino bajo la lógica de las comunidades de práctica, las cuales suponen un conocimiento compartido por un grupo de individuos, que no posee ese conocimiento de manera individual.

El nuevo capitalismo se apropia de la lógica del giro social, operando así con la idea de networks, redes sociales, como punto fundamental en el funcionamiento del sistema.

Ser exitoso en el mundo del nuevo capitalismo significa ser dueño de una habilidad para adaptarse a distintas situaciones, y desenvolverse de manera adecuada en muchos lugares de la “red social de conocimientos”.

El problema central reside, en que no es posible para todos, acceder a este tipo de literacy. El dominio de estas habilidades le pertenece solamente a una élite. Por otra parte, las comunidades de práctica, tal como las describe Gee, implican, en últimos términos, que la compañía (empresa, firma…) es la única dueña del conocimiento; los individuos mismos no detentan un conocimiento que les sea propio.